👕Las Camisetas Especiales🎽

Cuentos para Niños Sabios

Cuenta una sabia que una vez conoció a cuatro niños. Estos niños llevaban unas camisetas especiales. ¿Queréis saber por qué eran especiales? Pues estad atentos, que ahora os lo cuento.

Uno de los niños llevaba la camiseta especial de "Ganador", porque hiciera lo que hiciera siempre ganaba. Era un ganador nato. Una niña llevaba la camiseta especial llamada "Próxima", pues siempre se decía "a la próxima vez ganaré, la próxima será", porque siempre se quedaba en el casi. Otro de los niños llevaba una camiseta especial en la que ponía "Empate", pues ni ganaba ni perdía, siempre empataba con sus contrincantes. Y la última camiseta se llamaba "Nunca", porque nunca, nunca ganaba.

Eso había sido así y así había sido siempre. Cada uno tenía tan asumido su papel que no hacía nada por cambiarlo. Y tal era así que incluso en sus camisetas llevaban los nombres: Ganador, Próxima, Empate y Nunca.

Hasta que un día Ganador dejó de esforzarse, total, si siempre ganaba. Próxima, lo mismo, hiciera lo que hiciera, la próxima vez sería. Empate mantenía su ritmo y equilibrio, pues ni ganaba ni perdía; todo seguía igual. Y Nunca fue la primera que se rindió, total, ¿para qué si nunca ganaba nada?

Ganador le propuso a Nunca cambiar las camisetas y los papeles, pues se había cansado de ganar siempre. Nunca se animó y se esforzó por ganar y, sorprendentemente, ganó, pues llevaba la camiseta de Ganador. Empate y Próxima lo vieron y también decidieron cambiar su situación, así que también se cambiaron sus camisetas.

Todos decidieron cambiar y así pasó que Ganador no siempre ganó y, cuando lo hacía, disfrutaba. Empate no siempre empató, algunas veces ganó y también Próxima, que alguna vez ganó o empató. Y Nunca ya nunca fue "Nunca", pues algunas veces era Empate, Próxima o Ganadora.

Nada estaba perdido ni nada estaba ganado, porque no hay nada más aburrido que hacer siempre lo esperado. Y así fueron cambiando una y otra vez las camisetas hasta que los nombres se borraron y ya salían a hacer deporte sin saber qué camiseta llevaban ese día. No lo sabían hasta que finalizaba el partido y conocían el resultado, pero no les importaba porque todos ellos habían dejado lo mejor de sí mismos en el juego, y entonces poco o nada importaba el resultado.

Pues cuando uno se divierte, lo que menos importa es el resultado. Importa el juego, lo jugado, no el resultado.

Y tú, ¿qué camiseta llevas hoy? Recuerda, a veces solo hay una camiseta de ganador, pero si disfrutas de lo que haces o del juego, ganarás siempre.